No pierdo energías en sufrir, sin embargo se me retuerce el estomago cada vez que sé algo nuevo de ti y tus tentáculos se extienden hasta mi ventana
Mentiría si dijera que los sueños interrumpidos suceden porque a nuestro destino se le antoja. Sin embargo esta vez me retuerzo en el gozo masoquista de quien ve un cielo encapotarse y asiste imperturbable a que la lluvia calcifique su piel.
Me libero de tus exabruptos, que tan hondamente me sumergieron en el lodo. De la desconfianza y el desprecio. Desato mi orgullo sangrante que cicatriza a ojos vista y remueve mi latente fuego interno.
Supone tu codicia el acicate necesario para respirar hondo y sentir el suelo bajo mis pies, que me apresto a pisar con firmeza y realismo.
Supone además el empuje necesario que me inspira y refugia en mis ilusiones, crecientes y fortalecidas por la novedad de sentirse libres
Punto final... respiro, tomo impulso y crezco... Hasta la vista, mi más querido némesis