lunes, 16 de julio de 2012

Jaime


Lagrimas de mi madre sobre mi pecho
tras anunciarle la partida de su hermano
Lagrimas de dolor ante la respuesta que le ofrezco
tras despertar alarmada por el sueño

Trago saliva, aprieto los labios, callo unos segundos
y el silencio da paso al llanto
Me conmueve su desdicha, me aferro a los recuerdos,
de aquellos días en piscinas de agua verde, entre olivos, entre huertos

La mujer apenas consigue hilar dos versos
le abruma la noticia del deceso
Y al poco, se agarra a mi de nuevo
Instantes en los que la vida no es vida, camuflada por el velo
del dolor irreparable, que solo mitigará el tiempo

Has querido, vida mía, dar testigo, dar relevo
y mi tío, pasa a ser un referente más de aquellos que se fueron
cuya llama permanece, incólume, y resuena como el eco
de su voz gravísima, ese "¡Javi!" que recuerdo...
esa eterna inspiración, que se encargó de grabar a fuego